jueves, 19 de noviembre de 2015

Las emociones negativas dañan tu cuerpo

Lo que sentimos afecta nuestra salud física. Ese dolor que tienes puede tener origen en un desequilibrio emocional.
Camila tenía un dolor insoportable de espalda que ningún medicamento parecía poder curar, no había explicación lógica para su constante malestar. Cierto día, en una consulta, la doctora le preguntó cómo andaban las cosas en casa, si tenía conflictos con su esposo o en el trabajo. Camila no comprendió al principio qué tenía que ver eso con su dolor de espalda, pero no tardó en darse cuenta de que un conflicto con su esposo que llevaba tiempo arrastrando era tal vez una causa de sus
constantes dolores.
Existe una conexión inherente entre mente y cuerpo. Se ha hablado mucho tiempo de las enfermedades psicosomáticas. Pero no sólo se trata de que nuestro cuerpo intente decirnos algo cuando guardamos lo que sentimos. Sino que todas nuestras emociones afectan en mayor o menor medida a nuestro cuerpo.
El enojo y el estrés por ejemplo, pueden provocar gastritis y colitis. Hay un estudio del Duke University Medical Center que señala una relación entre el rencor y el dolor en la parte baja de la espalda. De acuerdo con la investigación, los pacientes con dificultad para perdonar presentan con mayor frecuencia dolor y angustia que aquellos que recurren al perdón.
Las emociones generan reacciones en nuestro cuerpo para bien o para mal. Emociones como el enojo, la tristeza o el resentimiento pueden afectar el sistema inmunológico y perjudicar la salud. El dolor constante de Camila estaba vinculado al rencor; había cosas que no estaba dispuesta a dejar ir. Discusiones de mucho tiempo atrás continuaban afectándola, aún si no se daba cuenta.
A menudo no podemos controlar lo que sentimos, pero sí podemos decidir liberarnos de esos sentimientos negativos. Ante emociones negativas que afectan nuestra salud, las emociones positivas serán clave para mejorar: la reflexión, la meditación y, especialmente, el perdón.
Perdonar tiene beneficios físicos y emocionales incluso si la otra persona no sabe que la hemos perdonado: ayuda a reducir la presión arterial y disminuir los niveles de cortisol, lo que nos hace sentir menos estresadas, también nos permite enfrentar mejor las enfermedades. Es un acto de amor, no sólo hacia el otro, sino con nosotras mismas.

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